En los programas informáticos de usuario existen, como en todo, filias y fobias. A veces, como si de futboleros se tratara, partidarios del Explorer discuten acaloradamente con defensores del Firefox. ¿No se lo creen? Entonces es porque nunca han tratado con usuarios. Intenten cambiar el cliente de correo electrónico de su empresa por uno distinto y verán qué divertido.
Yo, en cambio, no soy dogmática en estas cosas del software -como en ninguna otra, la verdad-. Si me hablan de un programa mejor que el que suelo usar, lo pruebo y acabo utilizando uno u otro dependiendo de cual me resulte más cómodo, me aporte más funcionalidad o, simplemente, tenga una estética más acabada. De hecho, mi ordenador lleva Windows y Linux, uso Explorer y Firefox indistintamente y procuro conocer cuantos más programas mejor.
Todo esto viene a propósito de los reproductores de música para el ordenador. Al inevitable Media Player de todo Windows, suelen acabar sumándose Real Player y otros tantos debido a que, surfeando por la web, tarde o temprano acabamos tropezando con algún vídeo en un formato propietario que nos obliga a descargar el reproductor de turno. Y, en este caso concreto de los reproductores de audio, suelo decantarme casi siempre por Real Player. ¿Por qué? Pues por una absurda razón digna de mí: adoro a Annabelle the Sheep.
Annabelle the Sheep es una de esas visualizaciones que acompañan a muchos reproductores y que van mostrando diversas imágenes en función de la música. Los visualizadores, evolución lógica de aquellos paneles de luces de algunas minicadenas, emplean complejos algoritmos matemáticos para analizar el sonido y generar imágenes de acompañamiento. Casi todas las visualizaciones juegan con formas abstractas y colores, pero Annabelle, la ovejita, se mueve y baila al ritmo de la música e, incluso, si es un poquito tostón, acaba durmiéndose.
Existen diversos proyectos de investigación que exploran las posibilidades de creación automática de imágenes derivadas de música. Uno de esos proyectos es MOVET, de area3:
Yo, en cambio, no soy dogmática en estas cosas del software -como en ninguna otra, la verdad-. Si me hablan de un programa mejor que el que suelo usar, lo pruebo y acabo utilizando uno u otro dependiendo de cual me resulte más cómodo, me aporte más funcionalidad o, simplemente, tenga una estética más acabada. De hecho, mi ordenador lleva Windows y Linux, uso Explorer y Firefox indistintamente y procuro conocer cuantos más programas mejor.
Todo esto viene a propósito de los reproductores de música para el ordenador. Al inevitable Media Player de todo Windows, suelen acabar sumándose Real Player y otros tantos debido a que, surfeando por la web, tarde o temprano acabamos tropezando con algún vídeo en un formato propietario que nos obliga a descargar el reproductor de turno. Y, en este caso concreto de los reproductores de audio, suelo decantarme casi siempre por Real Player. ¿Por qué? Pues por una absurda razón digna de mí: adoro a Annabelle the Sheep.
Annabelle the Sheep es una de esas visualizaciones que acompañan a muchos reproductores y que van mostrando diversas imágenes en función de la música. Los visualizadores, evolución lógica de aquellos paneles de luces de algunas minicadenas, emplean complejos algoritmos matemáticos para analizar el sonido y generar imágenes de acompañamiento. Casi todas las visualizaciones juegan con formas abstractas y colores, pero Annabelle, la ovejita, se mueve y baila al ritmo de la música e, incluso, si es un poquito tostón, acaba durmiéndose.
Existen diversos proyectos de investigación que exploran las posibilidades de creación automática de imágenes derivadas de música. Uno de esos proyectos es MOVET, de area3:
Se trata de un proyecto de investigación sobre la interpretación del sonido mediante imagen en movimiento en tiempo real, una forma de fusión digital de las artes visuales y la música.Para ver unos cuantos movets, visiten la página web del proyecto MOVET.El resultado son las películas MOVET, ecualizadores visuales originales que cobran vida reaccionando al sonido de forma instantánea.Dentro de una MOVET, cada elemento posee una inteligencia dramática interna, un guión programado que define matemáticamente su respuesta a las ondas.
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