23 de marzo de 2022

Marginalia

 Cualquiera que se haya sentado a mi lado durante una clase, habrá podido observar cómo voy rellenando de dibujillos los márgenes del papel donde esté cogiendo notas de la clase. Es una costumbre que he tenido desde que tengo memoria y que, aunque pueda parecer lo contrario, me ayuda a concentrarme en lo que están explicando. 

En mis años de carrera, me consta que algún compañero prefería mis apuntes a los de otros porque estaban amenizados con mis pintamonadas. De hecho, hubo uno de estos garabatos que se popularizó enormemente hasta el punto de que me acabaron pidiendo una y otra vez esas dos hojas de apuntes de Historia de la lengua V para fotocopiarlas. Apenas éramos cuatro gatos ese día en clase, a primerísima hora de la mañana y me dio por inmortalizar el momento:



Como ven, no es más que un garabato a pie de página pero se hizo tremendamente popular porque ese "Mis 13 compañeros de clase" era un reflejo bastante aproximado del ambiente reinante en cualquier clase de quinto de la facultad.

Tampoco se crean que he descubierto el fuego, ya que esa costumbre de garabatear los márgenes de un libro o documento con dibujillos más o menos satíricos o humorísticos es más antigua que el comer. Los manuscritos medievales están plagados de ellos. Se llaman marginalia y con frecuencia son maravillosamente imaginativos. Aquí unos pocos:



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