-¡Abajo la ratonera! -dijo Pablo.
Dos galones son mucho vino, incluso para dos paisanos. Por sus efectos anímicos, las jarras pueden graduarse así: justo por debajo del cuello de la primera botella, conversación seria y concentrada. Dos dedos más abajo, recuerdos dulcemente tristes. Tres dedos más, memorias de antiguos y agradables amores. Un dedo más abajo, evocación de antiguos y amargos amores. Al llegar al culo de la primera jarra, una tristeza general e indirecta. Al trasegar el cuello de la segunda, negro, infernal desaliento. Dos dedos más abajo, una canción de muerte o añoranza. Un pulgar más, otra canción cualquiera que uno conozca. La graduación se detiene en este punto, pues las sendas se bifurcan y ya no hay certeza. A partir de este momento puede pasar cualquier cosa.
Tortilla Flat, John Steinbeck, 1935.
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