Pues no, este año no pude cumplir con mi habitual cita con ARCO. Ciertos compromisos me condujeron hacia Salamanca este fin de semana pasado impidiéndome acudir a uno de los eventos fijos de mi calendario. Sin embargo, mi querido maximizador supo compensarme sobradamente como sólo él sabe hacerlo y, aparte de otras cosas que no mencionaré aquí, me obsequió con una doble ración de cine -la estupidez de Los crímenes de Oxford el sábado y la muy interesante En el valle de Elah el domingo- y una visita al Da2 salmantino.
Tengo la sensación de que en un futuro -pongamos, por ejemplo, hacia el 2115-, cuando algún historiador trate de buscar un término que defina el arte español de esta época, tarde o temprano acabará decantándose por "período del centro de arte contemporáneo". Y es que toda capital de provincia, desde hace unos añitos, se ha hecho -o trata de hacerse- con su propio centro de arte contemporáneo. No es de extrañar, la verdad, visto el impulso que el Guggenheim ha logrado dar a Bilbao como centro de atracción turística.
Yo tan feliz, claro. De un tiempo a esta parte, siempre que visito alguna de nuestras ciudades trato de buscar un huequecito en mi agenda para visitar el centro de arte de turno. Para empezar, porque la arquitectura del edificio -ya sea de nueva construcción como el MUSAC o fruto de una rehabilitación como el Da2- merece la visita. Y en segundo lugar porque pocas cosas me estimulan tanto como el contacto con el arte contemporáneo por más que en ocasiones me resulte incomprensible y rayano en lo absurdo.
Y, desde luego, la visita de este sábado pasado ha cumplido ampliamente con las dos expectativas. Continente y contenido estuvieron a la altura. El edificio bien merece el paseo para conocer la rehabilitación de la antigua cárcel provincial de Salamanca, planeada por el arquitecto Horacio Fernández del Castillo Sáinz.
En cuanto al contenido, coinciden en la actualidad dos colecciones que se comunican y complementan a la perfección. Por un lado, Mixed Emotions, un conjunto de obras de los distintos artistas que han sido expuestos en Da2 desde su nacimiento. La colección, que toca todos los formatos, presenta el nexo argumental de la exploración de las emociones humanas, ofreciendo así un claro contraste con la tendencia escapista y esteticista que domina el arte actual. Se recogen así fotografías, pinturas, vídeos, infografías, esculturas e instalaciones de algunos de los artistas internacionales más innovadores del momento.
Casi compartiendo espacio, la no menos interesante Ver la pintura, constituida por los fondos de pintura española contemporánea de la Fundación Coca-Cola. Se trata de obras realizadas durante las dos décadas que marcan el cambio de siglo y que vienen a negar aquella muerte de la pintura que muchos preconizaban. Junto a consagrados como Broto, Gordillo, Teixidor, Sicilia o Uslé, encontramos otros nombres que comienzan a despuntar.
En definitiva, una visita altamente recomendable para todo aquel que se deje caer por Salamanca. Todo esto me recuerda, por cierto, que por fin se ha inagurado el CaixaForum de Madrid. A ver si un día de estos me doy una vueltecilla por allí y les cuento. Sean felices ;-)
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