12 de octubre de 2007

Verbos

To overcome

No sé cómo lo hago, pero siempre que vuelvo de vacaciones acabo igual. Esta vez lo había planificado todo para un aterrizaje suave, sin depresiones abruptas, pero las circunstancias me han sobrepasado. Sí, mi primera semana aquí no ha sido para tirar cohetes ni mucho menos. Pero resulta que el sol, ocurra lo que ocurra, siempre acaba por volver a salir, así que aquí andamos.

To be

El fin de semana pasado fue de reencuentros. Con una misma, para empezar, entregada a la lectura, la visualización compulsiva de series y la convivencia tranquila con mi querido maximizador. Nada como un par de días de feliz desidia para volver a ser uno mismo.

Entre las lecturas, empujón final a Retrato de grupo con señora, de Heinrich Böll. La edición es un desastre, llena de erratas, mal puntuada y peor traducida, pero es lo que hay. No he logrado conseguir una mejor. Por fortuna, la novela me ha gustado tanto que he logrado sobrepasar todas las zancadillas. No puedo ni imaginar lo que habría disfrutado de este ácido retrato de la sociedad alemana durante las dos postguerras de haber tenido una edición en condiciones.

Y, más lecturas. El niño con el pijama de rayas, que me lo bebí en un ratito. Un libro simple y sencillo, sí; lleno de trampas y con algunos momentos un pelín inverosímiles, también. Sin embargo, su lectura bien merece unas horas por su arriesgado tratamiento del tema y por su visión, nada simplista, desde el otro lado. Por cierto, esto me recuerda al libro de fotografía que en enero de este año de este año se recibió anónimamente en el Museo del Holocausto. La excepcionalidad del álbum radica en que contiene las fotografías que alguno de los nazis del campo fue tomando sobre su vida cotidiana allí.

En el capítulo audivisual, me zampé de un golpe los últimos cinco episodios de la cuarta temporada de Nip/Tuck. Una temporada estupenda, por cierto, que no llega al nivel de la segunda, pero que retoma con fuerza el tema de nuestra insatisfacción en la vida cotidiana, nuestra incapacidad para dejar de preferir la vida del de al lado. Además, el tema de la diferencia, omnipresente en distinta medida a lo largo de todas las temporadas, aquí toma un papel protagonista y es tratado de forma brillante, sin idealizaciones, ñoñerías, ni dramatismos. En cuanto al guión, ofrece hallazgos estupendos -genial esa prolepsis del capítulo 11- y la dirección es una de las mejores que se hayan visto recientemente en televisión.

Y, como no, un par de visitas al cine. La primera, para la esperadísima Promesas del Este, una historia dura, seca y llena de violencia que te deja pegado al asiento. Estoy de acuerdo con Sisterboy en la mayor parte de sus apreciaciones, así que, como la crítica cinematográfica no es lo mío, vayan a verla y luego si quieren leánse este post (por favor, no se les ocurra hacerlo en orden inverso).

La segunda, igualmente recomendable, Los testigos, de André Techiné, una imprescindible vuelta a 1984, cuando la epidemia del SIDA comenzaba a causar sus primeros estragos. El miedo, la indefensión, el ostracismo... nada que ver con la patética y edulcorada Historias de Filadelfia. Y es que el director de Los juncos salvajes y Lejos es un valor seguro desde hace ya bastates años.

To do

Un rápido checklist al más puro estilo programata con las próximas citas de mi agenda cultural:
  • Fiel a su cita otoñal, se acerca el estreno anual de Woody Allen. La única crítica que he leído hasta ahora es bastante negativa. Aún así, mi cita con Woody es inamovible.
  • Este otoño, el aire viene del Norte, con dos exposiciones estrella: Durero y Cranach en el Thyssen y La abstracción del paisaje en la March. Esta última me apetece especialmente y, aprovechando lo cerca que está de mi trabajo, probablemente me escape cualquier día a la hora del café. También parece interesante la de los estruscos en el Arqueológico.
  • Los estrenos de cine español, por una vez, se presentan interesantes, con Mataharis (por dios, qué título más espantoso) y Siete mesas de billar francés. Ya veremos qué nos deparan.
  • Y dos exposiciones interesantes más, esta vez de fotografía: Momentos estelares del siglo XX, en el Círculo de Bellas Artes, y Ocultos, en la Fundación Canal.
  • And last but not least, este martes se representa, fuera de abono y a precios populares, el Leonore de Beethoven en el Teatro Real. Se trata de una versión primeriza del Fidelio, una de mis óperas preferidas. Desde luego, la noche promete, tanto por el evento en sí como por la espléndida compañía que llevaré.
Y esto es to... esto es to... esto es todo, amigos.

4 comentarios:

elbé dijo...

No es esa la idea que tengo yo de la desidia, ¡qué barbarida!¡qué actividad!

lopezsanchez dijo...

Le aseguro, sr. elbé, que pese a lo que pueda parecer fue un fin de semana sosegado y desidioso, con más horas en posición horizontal que vertical :-)

elbé dijo...

...no siendo lo horizontal por fuerza sosegado.

lopezsanchez dijo...

Je!! Vale, vale, touché! Digamos que sólo fue relativamente sosegado y desidioso :-)