Aquí estoy, de vuelta. En realidad, no hace mucho que me fui a rodar por las laderas del Pirineo (maldigo desde hoy y para siempre al primero que se le ocurrió arrancar dos láminas de su somier, ponérselas en los pies e inventar el esquí). Y es que mi ausencia bloguera se debe en realidad a otra de esas ventoleras mías a las que el amable lector ya debería haberse acostumbrado. Ya saben, una que es así y según le sople el viento se pega al ordenador cual percebe a la roca en víspera de fiestas o decide declararse en huelga de tecla caída y relegar su blog al armario de las cosas inútiles.
En fin, que hoy se ve que volvió a cambiar el viento, ya que, a pesar de que no tengo gran cosa que contar -en realidad sí tengo, pero no me da la gana escribirlas aquí-, he decidido volver a aporrear el teclado haciendo una de las cosas que mejor se me da: rellenar líneas y líneas sobre absolutamente nada.
No, no se me quejen. Porque si están aquí, leyendo esta sarta de chorradas, en lugar de estar celebrando la vuelta a casa por Navidad de algún tío en misión humanitaria en Kosovo o persiguiendo por toda la casa muñecas de Famosa dirigiéndose al portal, debe ser que su vida anda algo vacía y les da lo mismo pasar el tiempo bostezando en mi blog o haciendo maceteros de macramé.
No les culpo. En cierto modo, a mí me ocurre igual. Tendría yo que andar cortingleseando como todo hijo de vecino o, en su defecto, editando el espantoso libro de Plástica que me ha caído como castigo laboral para estas Navidades. Pero ya se sabe que las Fiestas son para gandulear, así que no se me ha ocurrido otra cosa que enchufar la televisión para reintoxicarme como dios manda tras cuatro días respirando el sano -y peñazo a más no poder- aire pirenaico. Claro que, una que es muy bruta, en lugar de reintoxicarse poco a poco, ha empezado directamente por ese novedoso producto telechusquero que es el Tomate Weekend. La experiencia ha sido reveladora, sobre todo después de ver a la ínclita Loli Álvarez confesando haber tenido relaciones sexuales con Encarna Sánchez. Me hubiera gustado continuar con la experiencia, más que nada por ver si la siguiente noticia iba sobre las ocultas relaciones sexuales de Toni Genil con Viriato y el Conde Duque de Olivares, pero se me estaba empezando a reblandecer el cerebro y he salido huyendo.
Ahora, reflexionando bien sobre mí y mis circunstancias, me doy cuenta de que el 15 de diciembre este blog cumplió un añito de vida. Y, no sé, tengo un regustillo algo amargo porque siento que no he cumplido con mis obligaciones como es debido: no he conmemorado el aniversario de mi blog, no me he enfadado con el mundo jurando que iba a cerrar mi blog por jamás de los jamases, no he cultivado adecuadamente al pobre troll que de vez en cuando asomó por aquí... Nada, un fracaso. Tampoco me voy a fustigar por ello, la verdad, porque nunca tomé demasiado en serio esta cosa. En realidad, nunca me he tomado demasiado en serio a mí misma. Cada vez que corro el riesgo de hacerlo, me basta con leer alguna de las estupideces que escribí por aquí hace algunos meses para que se me vaya la idea de la cabeza.
Claro que, hablando de tomarse en serio a uno mismo, hay que andar con cuidado con lo que uno dice porque luego siempre hay gente que se lo cree. El otro día, sin ir más lejos, un querido amigo mío me sorprendía al contarme cómo había utilizado como argumento insoslayable en una conversación con su madre cierta tontería supina que le solté una vez. Lo más fuerte del caso es que a su madre el argumento también le convenció. Ya pillaré yo por banda a mi amigo y, aparte de darle un abrazo enorme y felicitarle el año, trataré de explicarle la diferencia entre un argumento y una estulticia.
Por lo demás, creo que ya les he entretenido bastante, así que vayan a buscarse a otra para pasar lo que les queda de Fiestas. La menda, que ya tiene plan en Nochevieja, se va de compras a gastarse los restos de su ya esquilmada paga extra. Sean felices :-)
En fin, que hoy se ve que volvió a cambiar el viento, ya que, a pesar de que no tengo gran cosa que contar -en realidad sí tengo, pero no me da la gana escribirlas aquí-, he decidido volver a aporrear el teclado haciendo una de las cosas que mejor se me da: rellenar líneas y líneas sobre absolutamente nada.
No, no se me quejen. Porque si están aquí, leyendo esta sarta de chorradas, en lugar de estar celebrando la vuelta a casa por Navidad de algún tío en misión humanitaria en Kosovo o persiguiendo por toda la casa muñecas de Famosa dirigiéndose al portal, debe ser que su vida anda algo vacía y les da lo mismo pasar el tiempo bostezando en mi blog o haciendo maceteros de macramé.
No les culpo. En cierto modo, a mí me ocurre igual. Tendría yo que andar cortingleseando como todo hijo de vecino o, en su defecto, editando el espantoso libro de Plástica que me ha caído como castigo laboral para estas Navidades. Pero ya se sabe que las Fiestas son para gandulear, así que no se me ha ocurrido otra cosa que enchufar la televisión para reintoxicarme como dios manda tras cuatro días respirando el sano -y peñazo a más no poder- aire pirenaico. Claro que, una que es muy bruta, en lugar de reintoxicarse poco a poco, ha empezado directamente por ese novedoso producto telechusquero que es el Tomate Weekend. La experiencia ha sido reveladora, sobre todo después de ver a la ínclita Loli Álvarez confesando haber tenido relaciones sexuales con Encarna Sánchez. Me hubiera gustado continuar con la experiencia, más que nada por ver si la siguiente noticia iba sobre las ocultas relaciones sexuales de Toni Genil con Viriato y el Conde Duque de Olivares, pero se me estaba empezando a reblandecer el cerebro y he salido huyendo.
Ahora, reflexionando bien sobre mí y mis circunstancias, me doy cuenta de que el 15 de diciembre este blog cumplió un añito de vida. Y, no sé, tengo un regustillo algo amargo porque siento que no he cumplido con mis obligaciones como es debido: no he conmemorado el aniversario de mi blog, no me he enfadado con el mundo jurando que iba a cerrar mi blog por jamás de los jamases, no he cultivado adecuadamente al pobre troll que de vez en cuando asomó por aquí... Nada, un fracaso. Tampoco me voy a fustigar por ello, la verdad, porque nunca tomé demasiado en serio esta cosa. En realidad, nunca me he tomado demasiado en serio a mí misma. Cada vez que corro el riesgo de hacerlo, me basta con leer alguna de las estupideces que escribí por aquí hace algunos meses para que se me vaya la idea de la cabeza.
Claro que, hablando de tomarse en serio a uno mismo, hay que andar con cuidado con lo que uno dice porque luego siempre hay gente que se lo cree. El otro día, sin ir más lejos, un querido amigo mío me sorprendía al contarme cómo había utilizado como argumento insoslayable en una conversación con su madre cierta tontería supina que le solté una vez. Lo más fuerte del caso es que a su madre el argumento también le convenció. Ya pillaré yo por banda a mi amigo y, aparte de darle un abrazo enorme y felicitarle el año, trataré de explicarle la diferencia entre un argumento y una estulticia.
Por lo demás, creo que ya les he entretenido bastante, así que vayan a buscarse a otra para pasar lo que les queda de Fiestas. La menda, que ya tiene plan en Nochevieja, se va de compras a gastarse los restos de su ya esquilmada paga extra. Sean felices :-)
6 comentarios:
Yo también estoy de regreso y me he dejado caer por tu ático para ver con qué inquietante divagación nos obsequiabas -si es que lo hacías- mientras se termina el año (para algunos).
Como soy muy poco original, yo he sido de los que han estado apurando el día de hoy con las penúltimas compras... Mis vacaciones muuuy bien aprovechadas pero eso es otra historia :-P
¡Bienvenida a tu casa!
Pues ha hecho usted muy bien, mi querido polizont-e, con eso de las compras. Es lo que debería estar haciendo yo y aquí me ves, fustigándome con el librito de Plástica. En finx...
Ya charlaremos con calma sobre tus vacas. Que tengas un estupendo inicio de año ;-)
Pues yo hoy no he estado de compras... claro que lo estuve ayer para encontrarme con que lo que buscaba estaba agotado (me suele pasar), así que al final un consumidor frustrado porque no puede consumir lo que quiere. Tendré que intentarlo el martes a ser posible en horario laboral ;-)
Curioso... ese comentario de Loli Alvarez lo he escuchado (que no visto) en la tele hoy. Y también es curioso lo de las "estulticias". Leyendo hace tiempo a cierto autor en un libro de relatos cortos en los que contaba un poco de dónde surgían las ideas para sus historias, decía que su mayor afición era invitar a la gente a tomar una copa, hacer que se encontraran cómodos, y "ayudarles" a hablar... porque a modo de esponja intentaba absorber todo lo que podía, luego lo mezclaba, lo transformaba y lo convertía en el germen de muchos de sus cuentos. Los tiempos han cambiado y ahora no sólo hay que invitar a la gente a tomar una copa... también se puede leer un blog.
Así que cuidadito con las "estulticias" porque lo mismo son las historias de mañana ;-)
Bienvenida... y felices fiestas.
Bienvenida! Una servidora trabaja para nochevieja, así que esto de "bloggear" resulta infinitamente mucho más estimulante. Todo dpende de con el cristal con el que se miren las cosas.
Saludos!
Je, je, je, lo tendré en cuenta, dekker. Quién sabe, lo mismo hay alguien por ahí escribiendo best sellers a mi costa :-)
Vaya, Pi, no te libras ni una :-( Me acordaré de ti y el resto de sufridos trabajadores esta noche, aunque, si te sirve de consuelo, yo ahora mismo ando currando también (¿se nota? :-P )
En fin, siempre nos quedará la blogosfera para distraernos :-)
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