Hace unos días, el diario ABC se hacía eco del eterno debate sobre la fiabilidad de Wikipedia. La enciclopedia global – se quejaba el viejo diario – contiene “centenares de errores y falsedades”. Más allá de la realidad de fondo del artículo, la afirmación nos llevó a muchos a formularnos la siguiente cuestión: ¿Es más fiable la prensa de papel? ¿Hasta qué punto se verifican los datos publicados en diarios como ABC?
El trabajo de blogs tan interesantes como Malaprensa demuestra a diario la presencia de decenas de imprecisiones que nadie se molesta en comprobar. Datos erróneos, manipulaciones o noticias directamente inventadas pasan a las páginas de los rotativos sin ser sometidas al más mínimo filtro. Solo la prensa norteamericana hace un esfuerzo de fiabilidad desde hace años, gracias a la figura del fact-checker, o “verificador”, y aún así resulta insuficiente para impedir la aparición de decenas de pufos periodísticos.
No dejen de leer el resto del artículo sobre el fact-checking en este artículo de fogonazos. Que tengan un buen día :-)
2 comentarios:
Pues sí que es verdad... A mí me parece un oficio interesante... Y necesario... Lo que ocurre es que en este país, creo que la mayoría de la gente, más que mentir, deforma y exagera la realidada. Así que al final se convierte en un problema de enfoque, de visión... Y ahí un verificador no vale... Pienso que en trabajo de estas personas, sin embargo, debe llegarse con frecuencia a estrechos límites donde la verdad o el hecho, como parece que diecen los anglosajones (the fact) depende de la visión. Con frecuencia los hechos son ambiguos y los medios de comunicación no hacen sino interpretarla... Pero en fin, son consideraciones al margen de que sí que me parece una labor interesante y necesaria... Pero me gustaría saber más de cómo lo hacen, qué criterios siguen, cómo lo llevan a cabo, etc...
En fin, a ver si hablamos, que hace mucho que no sé de ti, entre mis cosas y tu s cosas...
Besos.
Bueno, los verificadores no sólo se dedican a cuestiones ideológicas. Su función primordial es la captura de errores de contenido. Manipulaciones y sesgos ideológicos aparte, en nuestros periódicos se encuentran a diario auténticas barbaridades en noticias relativas a ciencia, tecnología, medicina...
Para mí, lo importante de la existencia de verificadores radica en la especialización. Aquí en España se acostumbra a confiarlo todo a un corrector, que debe encargarse de la ortotipografía y el estilo en una misma lectura y, de paso, si encuentra algún error de contenido y lo corrige mejor que mejor. Supone una economía de tiempo y medios que va en detrimento de la calidad del producto final.
Pues sí, a ver si nos vemos un día de estos.
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