Hace unos días, en un intercambio de comments, Cinephilus comentaba ese (ya) mítico anuncio de las muñecas de colección:
-Ay, ¡¡Madame Bovary!!... ¿Qué te gustó más: el libro o la película?
-A mí la muñeca.
El diálogo es de una estupidez tal que me tiene fascinada. ¿Será una estupidez consciente de un publicista brillante o el último exabrupto del jefe de marketing? El caso es que, analizando con detenimiento todo eso que nos arrojan por la tele bajo el nombre de publicidad, uno se da cuenta de que el montante de tonterías diarias resulta cuanto menos elevado.
Pongamos por ejemplo ese bonito anuncio de colonia para bebé que afirma que “estimula a tu bebé”. Hombre, evidente, digo yo. Cualquier olor por pestilente o florido que sea estimula el olfato, incluido el de tu bebé.
Pero hay otro anuncio que compite mano a mano con el de las muñecas por el Gran Título de la Tontería Mayor. Dos estupendísimas y enrolladísimas mujeres (sí, tan estupendísimas y enrolladísimas como las de las muñequitas) están empeñadas en que su padre coma galletas. El hombre, que debe estar pensando qué fue de las suculentas porras con las que se desayunaba cada mañana en el pueblo, se resiste:
- Anda, papá, cómetelas, que son muy sanas.
- Sí, claro, son sanas porque lo dicen en la tele. ¡Si es que os lo creéis todo!
- Que no, papá, que lo he leído.
Y, claro, con argumento de tal peso el hombre se doblega, porque cuando uno lee la cosa cambia. Se viste de una autoridad imposible de rebatir y da igual que se haya leído en la parte trasera de un bote de champú, en el folleto de ofertas del Caprabo o en el Larousse Universal.
Cada día estoy más convencida de que si Mihura viviera aún, sería publicista. ¿Se imaginan?
-Papá, come galletas.
-Sí, hija, ahora. ¡Hop! Lanzo mis sombreros y ¡hop!
-Nueve de cada diez dentistas lo recomiendan, papá.
-Sí, ¡hop!, ahora, ¡hop!
-Y cuatro de cada cinco fabricantes de lavadoras, papá.
-¡Hop! Es que, hija mía, ¡hop!, a mí me gusta más la película.
4 comentarios:
El anuncio de las galletas lo vi ayer y casi me caigo de espaldas riéndome...
Aunque también me gustó mucho una promoción de EL CORO DE LA CÁRCEL en la primera que decía lo siguiente (cámbiense los Fulanitos por los nombres de los presos en cuestión):
"Fulanito Pérez, nominado. Fulanito Domínguez, nominado. Fulanito Ramírez, nominado.
El coro de la cárcel. El primer reality donde los nonimados nunca salen de la casa".
A Mihura también le habría encantado. Incluso a Brecht...
Besos, my love ;-)
Claro que siempre te puedes encontrar con anuncios que son todo lo contrario: inteligentes, impactantes y con una producción que ya quisieran muchos que dicen hacer películas. Buceando por ahí me he encontrado con esto...
http://www.dailymotion.com/video/xdaf4_hail-the-return-of-the-sun
que es un enlace de un blog casi, casi tan estupendo como el tuyo ;-P
Uy, gracias por el piropo dekker. Mi próximo post es para ti ;-)
Je je je, Cinephilus
Lo malo de tanto reality es que ya no se me ocurren formas de ironizar sobre el tema. ¡¡Está ya todo inventado!! Por muy absurdo y descabellado que sea el simil que se te ocurra, descuida que en alguna parte del planeta alguien estará produciendo un reality sobre el asunto.
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