Aunque con algo de retraso, acabo de leer este estupendo post de Pierre Nodoyuna a propósito de la exposición sobre la Vanguardia rusa organizada conjuntamente por el Thyssen y la Fundación CajaMadrid.
Títulos tan sugerentes como "Sin industria pesada no hay industria" o "Los obreros son la fuerza de choque del comunismo en su lucha por cumplir en cuatro años el plan quinquenal" se pueden encontrar en la primera parte de la exposición sobre vanguardias rusas que está en Madrid hasta mayo. Esta parte, que es la primera porque es la primera a la que yo he ido, está en la Fundación Caja Madrid, en la plaza de las Descalzas. No sé si siguen los discos La Metralleta en el sótano, y ese grupo de punkis tan prototípico que siempre he pensado que estaban ahí a sueldo de la concejalía de turismo. Ambos estaban ahí también, en la plaza de las Descalzas.Dejo los comentarios sobre la exposición para que los lean directamente en el blog de Pierre. Sin embargo, no sé por qué, la lectura del post y sus comments me ha traído a la memoria La deshumanización del arte del sapientísimo y malinterpretado Ortega:
El retratado y su retrato son dos objetos completamente distintos: o nos interesamos por el uno o por el otro. En el primer caso, "convivimos" con Carlos V; en el segundo, "contemplamos" un objeto artístico como tal.Esta imagen de la obra de arte como una ventana siempre me impresionó por su clarividencia y su vigencia hoy, casi un siglo más tarde. Cada vez que visito una exposición "difícil" escucho la pregunta incrédula sobre si estamos o no ante Arte por parte de algún visitante. Visitantes que siguen empeñados en mirar a través de la ventana en lugar de deleitarse con la ventana propiamente dicha. Quizás sea el temor a lo que no entendemos lo que provoca el rechazo. Yo quiero ser experto en arte, ergo lo que no me llega no es arte. No me abro, no admito que me llegue sin más, permitiendo que me deje poso y me ayude a crecer. No. Es más fácil negar su validez que admitir mi insignificancia.
Pues bien: la mayoría de la gente es incapaz de acomodar su atención al vidrio y transparencia que es la obra de arte; en vez de esto, pasa al través de ella sin fijarse y va a revolcarse apasionadamente en la realidad humana que en la obra está aludida.
De todas formas, pese a mi declarada filiación orteguiana, tengo la sensación de que el mismo Ortega es superado por sus palabra. Dudo mucho que estuviera preparado para todo lo que vino después. En fin, no sé si don José lograría quedarse en el vidrio ante las obras de Viola, Beuys o Neumman.
5 comentarios:
El tema es complejo porque todo lo que suponga hablar en términos totalizadores lo es. En mi opinión, sobran las etiquetas. La postura ante el arte -o el no-arte- no debe ser la de un bibliotecario preocupado de catalogar. Se trata de abrirse, de vivir la experiencia sin preocuparse de juzgar.
Resulta curioso que sean las artes plásticas las que son más cuestionadas. Nadie se plantea si ésta o aquella obra es una novela. Se cuestiona su calidad, pero no su esencia. En cambio, en la pintura o la escultura el ataque se dirige a su misma esencia: "no es arte" en lugar de "no trasciende", "es algo visto" o "su estética es cuestionable".
Siempre he defendido que cualquier expresión del alma humana constituye, en sí misma, un cierto tipo de arte. Que trascienda, influya o cree escuela es otra cosa. Y, en gran medida, depende de factores externos como las modas o el mercado.
Lo valioso de la creación es que surge como una necesidad del alma. Y, cuando esa necesidad es desplazada por un afán de notoriedad o reconocimiento es cuano comenzamos a perder el camino. Cualquier creador desea que "su criatura" sea admirada, lograr el éxito. Pero eso no debería implicar la búsqueda del éxito por el éxito. Ni esa tan común postura de "no triunfo porque los demás son ineptos".
En cualquier caso, amigo Neverland, quizás es conveniente contextualizar la cita de Ortega. En su cabeza rondaba, sin duda, el caso de la pintura y de las críticas feroces que recibían a principios de siglo movimientos como el cubismo o el fauvismo. Por eso Ortega se rebela. ¿Qué importa que en los retratos de Macke el rostro sea verde? ¿Qué necesidad hay que las Jacquelines de Picasso se parezcan a la auténtica Jacqueline? ¿Son por ello peores pinturas?
Y, como comentaba en post, el ataque de Ortega es contra ese tipo de espectador que busca en un cuadro únicamente verosimilitud. El debate, sin embargo, continúa vivo hoy en día con respecto a la abstracción, el arte conceptual, etc. Y continuará, sin duda, por los siglos de los siglos ;-)
Efectivamente, Hades, no toda creación trasciende... no, aquí y ahora. Pero la trascendencia es un fenómeno externo -e insondable, diría yo-. Pocos coetaneos de Góngora -por no decir ninguno- habrían apostado todo aquello que surgiría a raíz de un homenaje a su figura siglos después. Cezanne y otros post-impresionistas volvieron sus ojos al arte primitivo de culturas no occidentales dotándole de un significado que probablemente no estuvo jamás en la cabeza de sus creadores. Y nadie duda que el gótico o el románico de nuestras catedrales pueda ser catalogado como "arte", a pesar de que sus creadores eran en su mayoría maestros canteros, simples artesanos sin conciencia artística.
No sé, creo que desde el romanticismo existe una concepción del artista demasiado pagado de sí mismo y que, en el fondo, el que una creación o no cobre valor depende más del resto de los mortales que de uno mismo.
Bueno, bueno, cómo anda esto esta tarde ;-) Me temo que no podré continuar más allá de este comment porque me esperan, pero descuida que quedará pendiente la polémica para otra ocasión. Con un par de copas por medio, por supuesto ;-)
Ay, mi pobre Ortega. Su libertad a la hora de exponer su pensamiento le ha acarreado palos de uno y otro lado. Contempló, horrorizado, cómo su Rebelión de las masas era utilizado por falangistas como justificación a sus desmanes. Y, sin embargo, Ortega era un hombre tolerante y profundamente democrático que mostraba su horror ante los desmanes de la masa. ¿Quién de nosotros no se ha sentido un poquito acobardado ante la masa en alguna vez?
Defiende la superioridad del pensamiento, del hombre crítico. Pero no para crear una raza de escogidos como pretenden los totalitaristas, sino para mover conciencias, para empujar a la masa a dejar de ser masa y a pensar con sentido crítico.
Y, en esa línea, su pensamiento estético: señores, déjense de preguntarse si es o no arte lo que ven; relájense y disfruten. La función va a comenzar
Me voy, querido Hades.
PD. Creo que tuve un lapsus anteriormente y le confundí con un tal Neverland. Le ruego me disculpe ;-)
El arte, como proceso evolutivo que se hace cada vez más complejo en la medida que intenta ir cada vez más allá, necesita cada día más de una comprensión global del proceso histórico, de lo que provoca y significa la superación de los conceptos comúnmente aceptados hasta cada momento... En ese proceso de búsquedas que creo que es el arte, siempre hay exploraciones en falso, exerimentos que tiene el valor intrínseco de eso, de un experimento... Pero estoy con Hades que al final hace falta que el tiempo pase para que detrás quede lo que es y lo que no es... Hay un libro muiy interesante que me recomendó mi prima un día, que ayuda a abrir la mente a los procesos de la evolución del arte comtemporáneo... Intentaré hacerme con la referencia para enviároslo. Al hilo de lo que dice Inquilino, he recordado que en el dominical de El País pasado, había un reportaje muy interesante sobre el MACBA en su décimo aniversario. Debido a su carácter de investigación, de espectáculo, de activo workshop, el muse tiene en su origen un interesante argumentario sobre algunas de estas cuestiones del arte que habéis planteado. Yo he estado hace un rato visitando la web y me ha resultado interesante leer algunas de las cosas que plantean.
www.macba.es/
"vfqziay" voy a finalizar, que zi no me va a doler, ¡ay! (esto sí que es arte...)
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