¿Es el sentido moral una cualidad innata? (y II)

Al hilo de lo planteado en el post de ayer, propongo aquí este conocido ejercicio:

La situación:

Un barco se ha hundido en la tempestad. Cinco supervivientes escapan a bordo de dos botes salvavidas: un marinero, una chica y un hombre mayor en uno; en el segundo, el novio de la chica y el mejor amigo del novio.
En la tempestad los dos botes se separan. El primero, con el marinero, la chica y el hombre mayor, está en muy mal estado pero llega por fin a la playa de una isla desierta. La chica desesperada busca a su novio.
Al día siguiente, el tiempo está más claro. A lo lejos, la chica advierte otra isla y un bote en sus playas. Esperando que su novio esté allí, pide al marinero que arregle el bote para cruzar el brazo de mar, lleno de tiburones, entre las dos islas. El marinero acepta con la condición de que la chica se acueste con él esa noche.
Alterada, la chica solicita la opinión del hombre mayor: "No te pudeo decir lo que es bueno o malo para ti, escucha tu corazón", respondió. Confusa y desesperada, la chica acepta las condiciones del marinero.
Al día siguiente, el marinero repara el bote y le lleva a la otra isla. Ahí, llena de alegría encuentra a su novio y decide contarle todo lo que ha ocurrido. Con rabia, su novio la rechaza: "¡Vete, no quiero verte más!". Llorando, la chica se aleja en la playa. El mejor amigo del novio se acerca a ella y le abraza: "Ya veo que os habéis peleado. Déjame que me ocupe de ti".

El dilema:

A continuación, valora a los personajes de esta historia desde 1 (el personaje que más valoras) hasta 5 (el personaje que rechazas totalmente).

La semana pasada tratamos de realizar este mismo test entre un grupo de gente. Todos con una edad más o menos parecida, españoles y con formación universitaria de tipo tecnológico. Éramos siete personas (4 hombres y 3 mujeres) y nos resultó imposible llegar a un acuerdo. No sólo no hubo ninguna coincidencia total entre dos de nosotros, sino que ni siquiera logramos ponernos de acuerdo en cuanto al primer y el último puesto. Como queda de manifiesto, este ejemplo viene a contradecir en cierto modo la uniformidad que marcaba el caso de ayer.