22 de diciembre de 2005

A vueltas con la cultura excluyente

Bloggeando (bonito palabro) de aquí para allá he recaído en la bitácora de Pjorge, al que suelo leer de vez en cuando. De no ser porque a estas alturas ya no me sorprenden según qué cosas, me hubiera caído de espaldas al leer la siguiente afirmación hecha, nada más y nada menos, por Francisco Rico:
"[...] La culpa es de los planes de estudios, que convierten estas asignaturas en marías. Las básicas deberían ser la lengua española y la lengua extranjera. Y la literatura, que es lo que enseña a conocer el mundo. Las asignaturas técnicas, las matemáticas, no hacen ninguna falta: cualquier calculadora u ordenador te lo da todo hecho."

El texto que recoge Pjorge (aquí el enlace al artículo) parece que forma parte de un artículo aparecido en El País allá por 1996. Puesto que no dispongo de acceso a la hemeroteca de este periódico, dejaremos aparte la cuestión sobre la barbaridad que supone que todo un Catedrático de la Real Academia vaya por ahí haciendo gala de su ignorancia.
Y es que la ignorancia suele ser osada y exhibicionista. Que Rico supuestamente considere que las matemáticas quedan resueltas con el uso de una calculadora es equiparable a que nos ventilemos el Plan de Fomento de la Lectura con la lectura de los tickets del supermercado. Total, ¿para qué querría nadie leer una égloga de Garcilaso?
Por desgracia no es un hecho aislado. Basta con "confesar" en un supuesto círculo intelectual que se acaba de disfrutar enormemente con la lectura de un cómic para observar cientos de ojos atónitos a su alrededor. Y, si entre los estudiantes "de ciencias" el porcentaje de lectores habituales suele ser escaso, no menos triste resulta el hecho de encontrar similares porcentajes de "adiestramiento informático" o de simple cultura científica entre los "de letras". Unos y otros adolecen de las mismas ignorancias, unos y otros desprecian a los contrarios por su falta de conocimientos en sus respectivos campos.
Cultura, en mi opinión, es cualquier expresión del alma humana, lo cual incluye todo lo que nos rodea. Aspirar al saber universal es un antiguo ideal, tan utópico como deseable. Desde aquí abogamos por la recuperación de la curiosidad, por la apertura de miras, por la búsqueda continua de nuevas experiencias y saberes. Por un poquito de ese ideal renacentista que el hombre olvidó en algún momento de los últimos siglos.

1 comentario:

lopezsanchez dijo...

Totalmente de acuerdo. Por eso van entrecomillados, por esa costumbre tan extendida de autocalificarse así para justificar sus ignoracias. "No, yo como soy 'de letras' de ordenadores ni mu."