16 de diciembre de 2005

Murphy

Esta mañana, desayunando entre legañas, le he echado pimienta en lugar de sal a mis tostadas de aceite. Una mala manera, sin duda, de comenzar el día.

Supongo que esta es mi propia versión de la Ley de Murphy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mejor el Murphy elegido que el Murphy forzado... Mejor elegir la sal y la pimienta que ver caer la tostada sin nuestro (débil) consentimiento...
Me sumo, desde hoy, a tus desayunos en este blog

lopezsanchez dijo...

;-)
Nada como lograr las metas que uno se propone. A buen entendedor...

Por cierto, bienvenido. Te esperaré cada mañana con café calentito y magadalenas.